miércoles, 27 de agosto de 2025

Miércoles del Retail y El Libro... Una vida , una educación.

 Cordial saludo

Bienvenidos al Miércoles del Retail y El Libro... Una vida , una educación. 

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En “El Hueco” son tan avispados que hasta montaron su propio proveedor de internet

El sistema surgió de una necesidad por tener una red a la medida y un servicio más cercano, con empresarios a los que los comerciantes les pudieran ver la cara. 1.350 usuarios son los beneficiados con este nuevo proyecto.


Si algo tienen los comerciantes de El Hueco, en el centro de Medellín, es ojo para ver cómo una necesidad se transforma en negocio y una chispa especial para que las ideas locas se hagan realidad. Así ha ocurrido con múltiples proyectos que se han convertido en empresas prósperas, como un cambiadero de “menuda” que les resuelve un problema vital a los vendedores al detal, y ahora también con una web hecha acá mismo, a la medida de los comerciantes y que poco a poco les quita clientes a los gigantes de las telecomunicaciones.

Lo más particular es que ese sentido de la oportunidad se va heredando de padres a hijos y sería el caso de Jorge Andrés Duque (31 años de edad) y Sebastián Giraldo (34), dos de los socios de Lannet, que es la firma que está suministrando internet a una parte importante de los locales comerciales del sector.


Ambos son primos e hijos de cacharreros de Guayaquil, por tanto crecieron en el fragor de toda la actividad que se despliega en esta zona, aprendiendo en el día a día lo que seguramente no enseñan las universidades y adquiriendo como por ósmosis esa “pispicia” para percibir dónde está la plata.

Cuenta Jorge Andrés que, como su padre tiene dos locales dedicados a la venta de juguetería, se vieron en el dilema de cómo conectarlos para poder controlar mejor la operación y un primo que también es comerciante en Cali les sugirió que pusieran una antena de comunicación radial. Y funcionó.

Luego se hicieron a una casa en el corregimiento Santa Elena, donde ningún operador llegaba y como se mantenían allá era preciso unir también ese punto con El Hueco. Lo solucionaron con otra antena en la terraza de la casa.

Al ver los vecinos que ese montaje les daba acceso a los Duque a un privilegio esquivo para ellos, varios les solicitaron incluirlos. Le pidieron más antenas al familiar del Valle y así formaron una mini red en la parcelación con los primeros ocho clientes, a los cuales les cobraban una mensualidad. Todo eso sucedió hacia 2018 y ahí fue lo que a Jorge se le alumbró el bombillo ante la posibilidad de consolidar su propia compañía pensando que se podía escalar lo que ya estaban ofreciendo porque era evidente que así como ellos, los demás integrantes de la comunidad de El Hueco también podrían tener necesidad de una buena conexión en red que les permitieran un enlace confiable para sus negocios con los chinos.

“En el Centro, ellos se quejaban de que los operadores tradicionales no eran tan buenos y decidimos que queríamos darle la vuelta a la torta, creando un servicio cercano, con soporte inmediato, donde ellos supieran quién es el dueño”, dice Jorge Andrés, quien inició la carrera de ingeniería administrativa y la dejó para irse detrás del sueño de ser futbolista profesional, algo que se malogró por cuenta de las lesiones.

Como Jorge sabía de negocios pero no de telecomunicaciones, su papá le presentó a alguien que instalaba cámaras de seguridad y que podría encargarse del montaje y el servicio técnico. El otro apoyo fue presentarlo con los demás comerciantes.

Jairo Bernal fue uno de los primeros abonados y coincide con que 23 años atrás vivió una experiencia similar cuando creó en el Centro la empresa Menuda a Domicilio, al ver que hacía falta, el mismo que ya atiende clientes en toda el área metropolitana. Este comerciante apunta que en El Hueco hay una comunidad que se parece bastante a una familia, no solo porque muchos tienen un origen común en el Oriente antioqueño, sino porque han generado un sentido de pertenencia sin igual que los lleva a apoyarse mutuamente.

Y ahí viene lo principal, porque en ese talante pueblerino que no los abandona, valoran mucho poder ponerles rostro a las empresas con las que establecen relación. Por eso Jairo no dudó cuando Jorge le ofreció el servicio de su nueva firma.

¿Qué le ofrecían? “Inmediatez, porque Lannet es más rápida y efectiva en cuanto a la atención. Y fuera de eso tiene cara; las otras no tienen cara y en cambio si hay algún problema nosotros conocemos la cara del dueño; cuando uno tiene algún inconveniente ese es un punto clave”, señala Jairo.

Jorge relata que de 2018 a 2020 lograron conseguir 115 clientes, incluidos los 8 de Santa Elena.

Vino la pandemia y los locales del Centro cerraron augurando una quiebra inevitable. Pero sorpresivamente el internet se tornó más necesario que la arepa al desayuno y más en este contexto en que desde el encierro de sus casas los empresarios de El Hueco tenían que saber cómo iban los negocios. Si perdieron el 30% de los clientes fue debido a que el coronavirus obligó al cierre de muchos locales.

Sebastián se había marchado en 2011 a estudiar mercadeo y a aprender mandarín, y se amañó tanto que optó por quedarse en China. Luego se enganchó con una firma inmobiliaria que lo trasladó a Barcelona (España) y México. En ese último país estaba cuando lo agarró la peste del siglo XXI y se vino a Colombia en un vuelo humanitario.

Ahí fue que, en una reunión familiar, se toparon los dos primos y comenzaron la sociedad. Jorge reconoce que el talento de Sebastián para las relaciones interpersonales le ha aportado mucho para penetrar en centros comerciales y con clientes corporativos.

Jorge se encarga de la parte administrativa y financiera, Sebastián de lo comercial y Juan José Restrepo, el otro socio, de lo técnico.

“A veces iba a cobrar y el cliente me decía ‘venga papito lo llevo para que le instale a este otro’”, relata Sebastián, quien con su talante de hombre de mundo se admira de que en sus correrías para enganchar clientes incluso le ofrecían agüita o tinto.

Fuera de la consolidación corporativa con todo y los registros de Cámara de Comercio y MinTic como empresa de telecomunicaciones, vino para Lannet el reto tecnológico, pues el sistema inicial no les permitía competir ofreciendo la capacidad que exigía el mercado.

Consiguieron un proveedor que les brindara más megas por un precio competitivo y se metieron la mano al bolsillo para empezar a extender sus propias redes de fibra óptica que en la actualidad cubre 15 kilómetros con el cableado, los cuales forman un perímetro desde San Benito hasta la carrera Palacé y desde San Juan hasta el Parque Berrío.

Es extraño pero el propósito no es extenderse más, como lo hizo Menuda a Domicilio, sino quedarse en el Centro, donde puedan seguir prestando el servicio frente a frente y sin intermediarios. Jorge expresa que su visión es “ser la empresa más querida de internet en el centro de Medellín” y alcanzar los 5.000 clientes en los próximos cinco años, con lo cual estarían abarcando cerca del 30% del mercado potencial de este nicho “filial”.

Cuando el salario no alcanza, el shopper se vuelve estratega. -TUCASH






Cada vez que una madre cabeza de hogar en Soacha, un tendero caleño o una estudiante universitaria en Medellín camina por los pasillos de un D1, Ara o en un Éxito o Supermercado regional, decide comprar marcas propias, no solo está haciendo mercado: está tomando decisiones tácticas de supervivencia financiera. La inflación no solo golpea el bolsillo, reprograma el comportamiento, obliga al shopper a repensar sus hábitos, cambiar de canal, migrar de marcas… incluso dejar de consumir ciertas categorías.

Y es aquí donde la industria de consumo masivo enfrenta su gran dilema: ¿Cómo seguir siendo relevantes para un consumidor que ya no compra con deseo, sino con defensa?

Hoy, el salario mínimo ha perdido poder adquisitivo frente a una canasta básica que no perdona. Pero eso tiene consecuencias, las marcas tradicionales están cediendo espacio a las marcas propias, y la fidelidad del shopper se ha vuelto tan volátil como el precio del dólar.

En medio de esta tormenta, nace una oportunidad de oro: ¿Y si la industria no solo promociona, sino que acompaña al shopper en su lucha diaria por ahorrar?

TuCash no es solo una app de cashback, es un ecosistema de inteligencia transaccional que analiza el comportamiento del shopper a partir de sus compras reales (facturas) y le entrega valor tangible por cada transacción. Para las marcas, esto se traduce en capacidad de:

Identificar al shopper que migró de canal y de marca. ¿Quién dejó de comprar mi producto y ahora está en el hard discount?
Activar incentivos quirúrgicos. ¿Por qué seguir gastando en medios masivos si puedo entregarle un cashback solo a ese shopper que quiero recuperar… justo en el momento en que lo necesito.
Ser parte de la solución económica del consumidor. En vez de inflar precios para luego dar descuentos, las marcas pueden usar el cashback como una moneda emocional: te entiendo, te reconozco, te ayudo.
Medimos impacto real (no solo alcance):Con data 1st party y KPIs accionables que van más allá del clic o la redención.

Porque en tiempos difíciles, el mejor mensaje que puede dar una marca es: “Estoy contigo, incluso cuando tu billetera dice que no.”

La inflación no es solo un reto económico. Es una oportunidad de reconectar con el shopper desde el valor real, y el valor real no se comunica con un comercial de 30 segundos. Se construye con datos, empatía y decisiones tácticas que el consumidor siente… en su bolsillo.

Una vida, una educación

Reseña del libro Una Educación, de Tara Westover, donde la vida de la autora se transforma al recibir una educación formal.

Una vida, una educación
Portada del libro «Una Educación» de Tara Westover.
Por Mariana Sofía Jiménez Nájera

Reseña de libro

Existen muchas razones por las cuales las personas no pueden estudiar: problemas económicos, accesibilidad, problemas de salud y aprendizaje, entre otros. Lamentablemente, son pocos los impedimentos que están realmente en las manos de los jóvenes, sin embargo, también existen barreras que pueden ser incluso más opresoras: la familia y sus creencias religiosas. 

Una Educación es una autobiografía parcial escrita por la ensayista e historiadora estadounidense Tara Westover, en la cual relata su niñez y juventud viviendo en Buck’s Peak, una montaña aislada de la sociedad en el estado de Idaho, Estados Unidos, con sus padres y seis hermanos. Su padre, quien trabajaba en el depósito de chatarra ubicado en la misma residencia, practicaba una forma del fundamentalista del mormonismo, pero de una manera radical en la cual se sumaban teorías conspirativas, machismo y una gran desconfianza hacia el sistema gubernamental y educativo; valores que fueron permeados en el resto de la familia.

El libro está dividido en tres partes. La primera plantea el contexto familiar en el que vive Tara, en donde relata su infancia y el entendimiento que ella tenía de sus alrededores, así como acontecimientos que marcaron su vida. Es aquí donde la protagonista nos da un panorama de los ideales y creencias de su familia, así como sus vivencias en distintos acontecimientos fuertes que marcaron su infancia, como situaciones de precariedad laboral, accidentes automovilísticos e incluso abuso intrafamiliar. 

A pesar de que la familia residía en las afueras, no estaban totalmente aislados de la sociedad, y es gracias a ello que Tara comienza a ver destellos de una realidad alterna a la que ella vivía día con día. Es a través de trabajos temporales que toma en el pueblo, clases de danza y actuación, y finalmente uno de sus hermanos, que ella comienza a cuestionar la manera en que se la ha enseñado a ver el mundo. 

Es en la segunda parte que Tara, después de luchar con los valores impuestos por su familia y la desaprobación de sus padres, que por fin asiste a un colegio universitario (college, en Estados Unidos) y es aquí donde sus creencias y costumbres contrastan intensamente con su nuevo entorno. Es durante esta etapa que el choque cultural que sufre Tara es extremadamente marcado, ya que comienza a convivir con personas que no comparten sus convicciones y, sobre todo, es aquí donde se da cuenta de que la educación que sus padres le proporcionaban era totalmente diferente al del mundo real. 

Es aquí donde la tensión con su familia se intensifica y donde todavía es difícil desprenderse del mundo al que le inculcaron en casa; sin embargo, y a pesar de ello, a través de la educación que recibe, Tara continúa con su trayectoria académica, pero no sin cuestionarse constantemente. 

Finalmente, la tercera parte del libro nos muestra a una Tara más madura que ha viajado y estudiado en distintos países del mundo, en donde tendrá que tomar decisiones difíciles para seguir sus propios principios, los cuales han sido transformados por la educación.

La historia de Tara Westover es un testimonio de fortaleza y perseverancia, el cual demuestra que la curiosidad humana y el entusiasmo por aprender no es algo que se suprima fácilmente. Es bien sabido que la familia es el mayor influyente en la vida de las personas, por lo que leer sobre la lucha interna de Tara entre sus ideales y nuevos conocimientos y la manera en que lidia con ellos brinda una perspectiva distinta e inspiradora con respecto a la educación.

Este libro no solamente sorprende por los métodos débiles e incluso nulos con los que Tara tiene que llegar a la universidad e incluso aprender a aprender desde niveles muy básicos; sino también por los estragos personales a los que ella fue sometida, y la manera en que estos también tuvieron un papel fundamental en la transformación de su persona. 

Escrito como una especie de diario, este texto es muy sencillo de leer y es fácil transportarte a su mundo e incluso sus vivencias y pensamientos, haciendo que el lector empatice con lo que ve y siente, así como provocar la reflexión con respecto a distintos temas como la religión, la educación, la precariedad laboral, las relaciones familiares, la perseverancia, el creer en uno mismo, entre muchos otros.

Una Educación no es, ni será, el primer o último testimonio de una persona que debe pasar por muchísimos obstáculos para transformarse y convertirse en una persona próspera y exitosa. Definitivamente, es una novela que concientiza y sitúa a las y los lectores en una realidad que tristemente muchas personas viven, y a lo largo del libro no queda más que ponderar acerca de los millones de situaciones similares a las que vivió Tara, e incluso en escenarios más constrictivos y violentos en los que recibir una educación es imposible.

Empero, cabe remarcar que es interesante como podemos observar de manera puntual a través de distintas situaciones como poco a poco la perspectiva de Tara evoluciona gracias a la educación, y es debido a ello que, mientras que la favorecen notoriamente, también se encuentra frecuentemente en encrucijadas en el que debe escoger entre la lealtad a su familia y sus ideales. 

Este libro es para toda persona que busque conocer perspectivas diferentes, la búsqueda de la identidad y el verdadero poder del conocimiento, sin lugar a duda una lectura que no decepciona y que puede ser una fuente de inspiración para muchos. 

Atento a sus comentarios... 

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