El líder es consciente de que en las reuniones del equipo
directivo pueden surgir situaciones tensas, discusiones acaloradas. Además,
es precisamente entonces cuando la gente se emplea a fondo y da lo máximo de
sí, exponiendo abiertamente sus puntos de vista.
Lo que no debe permitir es que estas tensiones sean la tónica
general de estas reuniones, ya que terminaría generando una crispación que
afectaría a la unidad del equipo.
Tampoco puede permitir que en estas reuniones acaloradas se
lleguen a traspasar los límites del respeto personal.
Cuando el líder se rodea de gente competente, con personalidad,
ambiciosa, es normal que en ciertas ocasiones pueden surgir fricciones entre
ellas.
Cuando una diferencia entre personas se afronta en su etapa
inicial es fácil que se solucione sin mayores complicaciones.
Sin embargo, si el problema no se aborda convenientemente puede terminar enquistándose,
originando una fuerte animadversión de difícil solución.
Para evitar malos entendidos, incomprensiones, etc., es
fundamental que haya una comunicación muy fluida dentro del equipo.
De ahí la importancia de establecer reuniones periódicas
(diarias, semanales…) que facilite el contacto entre las personas.
El líder no tiene que adoptar una actitud paternalista, tratando
de acercar a sus colaboradores:Sus colaboradores son gente adulta y entre ellos deben
solucionar sus diferencias.
No obstante, si el enfrentamiento alcanza tal dimensión que
termine afectando al buen funcionamiento del equipo, el líder intervendrá,
dejando muy claro que no tolerará este tipo de situaciones, exigiendo a sus
colaboradores que solucionen sus diferencias.
Hay que tener muy claro que un equipo tan sólo puede dar lo
mejor de sí mismo cuando actúa unido, por lo que no se pueden tolerar
graves desavenencias entre sus miembros.
El líder tiene que estar muy pendiente de los pequeños detalles,
ya que en ocasiones las diferencias entre los miembros del equipo apenas son
perceptibles, pero debajo de las apariencias se esconden, a veces, auténticos
enfrentamientos soterrados.
Los implicados tienden frecuentemente a esconder sus
desavenencias del conocimiento del líder por miedo a su reacción.
Además, el líder debe ser muy cuidadoso para evitar dar pie
a situaciones (a veces de manera inconsciente) que puedan deteriorar las
relaciones dentro del equipo.
Por ejemplo: diferencias injustificadas de retribuciones,
manifestar claramente su preferencia por algún miembro del equipo (destacando
frecuentemente su trabajo, presentándolo continuamente como ejemplo), creando
camarillas (almorzando con cierta frecuencia con parte de su equipo de
colaboradores, etc.).
Por último, indicar que si
algún miembro del equipo es manifiestamente díscolo, el líder deberá apartarlo del
mismo.
Fuente: aulafacil.com
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