miércoles, 25 de junio de 2025

Miércoles del Retail y Manual de Tolerancia...

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Guerra en el lineal: la lucha por el desembolso del shopper colombiano - 

Opinión | Revista P&M


Simón Perilla

El 2025 nos exige, a quienes trabajamos en marketing en Colombia, dejar la teoría y pasar decididamente a la acción. Nos enfrentamos a consumidores cada vez más conscientes, entornos digitales cambiantes y campañas más fragmentadas. En medio de este escenario, hay un terreno que sigue siendo decisivo para las marcas: el punto de venta. Ya sea físico o digital, allí es donde la estrategia se enfrenta a la realidad, donde una promesa de marca puede convertirse en lealtad o en un olvido instantáneo.

Ganar en este espacio no se trata solo de vender, sino de dominar los llamados “momentos de verdad”: esos instantes clave en los que el shopper forma una impresión inmediata de la marca. Ahí se gana –o se pierde– la batalla por su preferencia.

El corazón de la experiencia: ¿qué es un momento de verdad para el shopper?

Imaginemos una escena cotidiana: una persona entra a una tienda. ¿Recibe una sonrisa o una mirada indiferente? ¿Encuentra fácilmente lo que busca o se pierde entre las góndolas? Cada micro interacción cuenta. Como decía Jan Carlzon, pionero en la gestión de servicios: “Cada vez que un cliente entra en contacto con su negocio, se forma una opinión”.

En Colombia, donde el voz a voz sigue siendo la red social más poderosa, una mala experiencia se difunde rápidamente. Y una buena, también. Hoy, con un consumidor más informado y una oferta más amplia, las marcas deben afinar cada detalle de su presencia y experiencia para impactar positivamente en cada momento.
La batalla de las marcas en Colombia: formatos, momentos y decisiones

El recorrido del shopper en nuestro país no es lineal. Colombia es un mosaico de formatos comerciales, y cada uno plantea retos y oportunidades diferentes:La tienda de barrio, el templo de la confianza. Aquí, el momento de la verdad es el tendero. Su saludo, su recomendación, su cercanía. Para las marcas, el reto es integrarse de forma orgánica, no solo con material POP, sino asegurando visibilidad en el momento clave: el pago. El mostrador se convierte en el verdadero lineal de impacto.
La tienda de conveniencia, rapidez y solución. Todo gira en torno a la eficiencia. El momento de la verdad ocurre en segundos: cuando el shopper encuentra justo lo que necesita, rápido y sin complicaciones. La comunicación aquí debe ser directa, contextual y clara. La solución tiene que estar justo donde la necesita.

El supermercado: campo de juego y estrategia visual. En este formato, el “momento de la verdad” se activa con la promesa de una compra eficiente y completa. Aquí se compite con toda la categoría, pero también con sustitutos y complementarios. La exhibición es clave: una buena estrategia de góndola puede hacer que el producto sea visto, considerado y comprado. La combinación de promociones, ubicaciones y storytelling visual define el éxito.

Publicidad en el punto de venta: conexión real, impacto real

La publicidad instore no se trata solo de carteles bonitos: es una herramienta poderosa para crear conexión emocional, activar compras y construir valor de marca. Sus resultados son particularmente eficaces en el corto plazo, pero su verdadero poder emerge cuando se articula con campañas 360 que suman fuerza desde otros medios.

El reto es generar impacto sin perder el alma de la marca. El shopper busca estímulos que le hablen en su idioma: mensajes claros, provocativos, relevantes. Esa "novedad que sorprende" y despierta la acción debe ser visual, emocional y auténtica.

El ROI de la emoción: más allá de la caja

Medir el éxito en el punto de venta ya no puede reducirse solo a ventas. Hoy debemos preguntarnos: ¿La publicidad logró “stopping power”? ¿Generó reconocimiento? ¿Reflejó valores de marca? ¿Dejó una experiencia positiva que motive a volver?

El shopper decide con el corazón tanto como con la razón. Por eso, medir variables como recordación, asociación de valores, intención de recompra y engagement con activaciones es tan relevante como revisar el ticket promedio.

Y no olvidemos un detalle crucial: no todas las generaciones compran igual. Mientras los Boomers valoran la confianza, la experiencia y el trato cercano, los Millennials buscan gratificación instantánea, practicidad y experiencias memorables. Por su parte, la Generación Z exige autenticidad, diversidad y mensajes con propósito. Hablarle a cada grupo en su lenguaje, con sus códigos y en el canal adecuado es lo que convierte una ejecución de marketing en una experiencia verdaderamente relevante.

Donde la marca se hace grande: ganar el corazón (y el bolsillo) del shopper en 2025

El punto de venta en Colombia es y será el campo de batalla más relevante para las marcas. Es allí donde se dan los verdaderos “momentos de verdad” y donde la publicidad instore se convierte en la voz más cercana del marketing. Ya no se trata solo de vender. Se trata de crear experiencias memorables, de emocionar, sorprender, facilitar y conectar.

Las marcas que comprendan que en el punto de venta la estrategia cobra vida, que la emoción se traduce en conexión y que los datos deben convertirse en acciones, serán las que realmente conquisten el corazón —y el bolsillo— del shopper colombiano en 2025.

Porque en Colombia, el marketing que funciona es el que se siente. ¡Y el que realmente entiende al shopper en cada momento de la verdad!


Droguerías Mercaldas Manizales, en manos de Colsubsidio: recibe 12 puntos en concesión, así es el negocio







Fotos | Luis Fernando Trejos | LAPATRIA

A partir del próximo martes las droguerías Mercaldas quedarán en manos de Colsubsidio.

A partir del próximo martes, 24 de junio, las droguerías Mercaldas cambiarán de nombre.

El manejo y operación de esta división quedará en manos de Colsubsidio, la caja de compensación familiar de Bogotá, a través de un acuerdo en concesión.

La confirmación la hizo Jorge Hernán Toro Mejía, CEO Mercaldas, quien resaltó que el objetivo es que manejen los 12 puntos que tiene la empresa manizaleña, además del nuevo sitio que adquirió Colsubsidio en arrendamiento en el Parque Caldas, en la sede donde abrió la cadena local, del Grupo TM, desde ayer.

El nuevo enfoque
De acuerdo con Toro Mejía, la decisión se tomó, teniendo en cuenta que el manejo de los medicamentos se volvió un negocio de grandes conglomerados que hacen compras al por mayor para 2 mil, 3 mil y hasta 4 mil droguerías del país.

"Nosotros con 12 droguerías estábamos teniendo dificultades para competir y tener el abastecimiento completo y todo el portafolio", reconoció.

Eso conlleva a que se buscará un socio estratégico como es Colsubsidio, considerada una de las compañías más grandes del país en el manejo de medicamentos.

"Ellos tienen la experiencia, el conocimiento y el tamaño para hacer negociaciones a gran escala, ya que cuentan con más de 500 droguerías (501) a nivel nacional", resaltó el directivo. Unido a ello, la facturación de Colsubsidio droguerías asciende a unos $2,4 billones al año según reporte al 2024.

El contrato



El nuevo convenio se pactó por un lapso de 10 años, pero según el CEO la idea es que se renueve de manera automática, lo que implica el pago de un porcentaje a Mercaldas por esa negociación.

"El personal es de ellos, las droguerías son de ellos, lo mismo que la mercancía y el cliente lo atenderán directamente. Mercaldas solo les pone el local con sus servicios públicos y la seguridad y el aseo para que ellos puedan desempeñar su labor de manera eficiente", concretó.

Por esta razón, aunque el usuario seguirá viendo un punto de droguerías cuando entre a uno de los Mercaldas, el nombre ya no será el de la cadena local sino que llevará el de la firma de Bogotá.

En crecimiento
La meta de Colsubsidio incluso es crecer más y abrir otros dos puntos en la avenida Kevin Ángel y La Rochela, también con la cadena manizaleña. Por ahora está estudio.

"Estamos satisfechos con ese acuerdo que mejorará la competitividad, pues usted puede ver que compañías como Cafam, Copidrogras, Colsubsidio, Cruz Verde y Farmatodo, por ejemplo, son empresas enormes con cientos y miles de droguerías y ventas que se miden en billones", explicó.

Eso evidencia, dijo, la necesidad de tener esa alta escala para poder negociar con los grandes laboratorios y multinacionales para lograr una mayor competitividad.

Por su parte Colsubsidio le confirmó a LA PATRIA que no se perderá ningún empleo, y que entrarán a operar con 44 trabajadores que asumirá para todos sus puntos en la ciudad.

Algunas ventajas
Entre las ventajas que se anunciaron por comprar en estas droguerías, incluyeron programas de fidelización con beneficios especiales como la doble acumulación de puntos y el acceso belleza, deporte, bebés, adulto mayor, descuentos exclusivos en categorías como dermocosmética, dinámicas comerciales diferenciadas como el Jueves Vital y el Martes con M de Mujer. Esto además de asesoría especializada de expertos en salud y bienestar.

Droguería en Vizcaya
Hoy Colsubsidio cuenta con una droguería independiente en Manizales.
En cifras

Según su informe de gestión y sostenibilidad, al cierre del 2024 Colsubsidio reportó remanentes o ganancias por $172 mil 931 millones, un incremento del 6,74% frente al 2023.
Ranking nacional

Al 2023 Colsubsidio era el tercer jugador en importancia en el sector de droguerías en el país, después de Cruz Verde y Audifarma.

“Manual de Tolerancia”, de Héctor Abad-Gómez

Por Carlos-Enrique Ruiz

Ed. Universidad de Antioquia, 4ª. Edición, Medellín 1996. (Escribe: Leonardo Orozco-Giraldo, de la Cátedra Aleph).

Antes que nada, quiero aclarar que siendo mal lector no soy la persona más apropiada para hacer una reseña literaria, así que lo que a continuación presento como reseña, será la imagen que me quedó de la lectura del libro y que humildemente presento como un lector desprevenido.

Héctor Abad Gómez inicia este texto capturando a su lector con una frase desafiante: “Los que vayan a leer este y los capítulos que siguen serán probablemente hombres y mujeres de buena voluntad que quieren conocer las ideas de otro ser humano como ellos…”, mostrándole luego un agradable lenguaje castizo, que lo hace apto casi para cualquier lector que esté preparado para un libro que guarda poca relación con el título.

Este mal llamado “Manual de Tolerancia”, es un compendio de escritos del autor sobre distintos temas, que aunque tiene a la tolerancia como uno de los temas centrales, también lo son la política, la educación, la medicina y la salud pública. No considero este libro apto para un lector desprevenido, porque irremediablemente se confundirá con el título, para luego perderse en un entramado de escritos separados que tratan de varios temas.

Algunos de estos escritos tienen marcado un incómodo regionalismo (fruto tal vez del origen antioqueño del autor), un tinte político, una fuerte tendencia socializante y una crítica racional de la religión católica. Y aunque fue escrito en otra época, cuando el mundo aún se encontraba en el terror de la guerra fría (se nota en algunos comentarios del autor sobre la guerra atómica), contiene muchas aportes aún valederos, pues el país y el mundo que conoció Abad-Gómez no ha cambiado mucho: Colombia sigue siendo subdesarrollada, el fanatismo religioso y de otra índole sigue vigente, Estados Unidos todavía tiene políticas exteriores dictatoriales que desdibujan los ideales de igualdad y prosperidad para todos y el deporte, al igual que el circo romano, sigue entreteniendo al pueblo, haciéndolo olvidar sus problemas fundamentales.

No quiero decir con esto que el libro sea inapropiado, pero al no guardar estrecha relación con el título y al no desarrollar ordenadamente un tema central confunde al lector informal y desprevenido.

Finalmente, quisiera aclarar que, de forma separada, cada uno de los capítulos tiene una coherencia con un tema central y que de forma independiente cada uno presenta importantísimos apuntes sobre cómo podría ser mejor el país y el mundo, dejando de lado los fanatismos, trabajando los factores determinantes del progreso (raza, cultura, clima y ambiente, alimentación y educación) y tomando a la política como importante herramienta para lograrlo, buscando una cultura humana universal, tolerante y fraterna, donde se equilibren las fuerzas conservadoras y transformadoras, de tal forma que el hombre común propicie y disfrute de la coexistencia en la pluralidad, con ejercicio del pensamiento libre, en constante comprensión racional de su entorno.

Ed. Universidad de Antioquia, 4ª. Edición, Medellín 1996. (Escribe: Leonardo Orozco-Giraldo, de la Cátedra Aleph).

Antes que nada, quiero aclarar que siendo mal lector no soy la persona más apropiada para hacer una reseña literaria, así que lo que a continuación presento como reseña, será la imagen que me quedó de la lectura del libro y que humildemente presento como un lector desprevenido.

Héctor Abad Gómez inicia este texto capturando a su lector con una frase desafiante: “Los que vayan a leer este y los capítulos que siguen serán probablemente hombres y mujeres de buena voluntad que quieren conocer las ideas de otro ser humano como ellos…”, mostrándole luego un agradable lenguaje castizo, que lo hace apto casi para cualquier lector que esté preparado para un libro que guarda poca relación con el título.

Este mal llamado “Manual de Tolerancia”, es un compendio de escritos del autor sobre distintos temas, que aunque tiene a la tolerancia como uno de los temas centrales, también lo son la política, la educación, la medicina y la salud pública. No considero este libro apto para un lector desprevenido, porque irremediablemente se confundirá con el título, para luego perderse en un entramado de escritos separados que tratan de varios temas.

Algunos de estos escritos tienen marcado un incómodo regionalismo (fruto tal vez del origen antioqueño del autor), un tinte político, una fuerte tendencia socializante y una crítica racional de la religión católica. Y aunque fue escrito en otra época, cuando el mundo aún se encontraba en el terror de la guerra fría (se nota en algunos comentarios del autor sobre la guerra atómica), contiene muchas aportes aún valederos, pues el país y el mundo que conoció Abad-Gómez no ha cambiado mucho: Colombia sigue siendo subdesarrollada, el fanatismo religioso y de otra índole sigue vigente, Estados Unidos todavía tiene políticas exteriores dictatoriales que desdibujan los ideales de igualdad y prosperidad para todos y el deporte, al igual que el circo romano, sigue entreteniendo al pueblo, haciéndolo olvidar sus problemas fundamentales.

No quiero decir con esto que el libro sea inapropiado, pero al no guardar estrecha relación con el título y al no desarrollar ordenadamente un tema central confunde al lector informal y desprevenido.

Finalmente, quisiera aclarar que, de forma separada, cada uno de los capítulos tiene una coherencia con un tema central y que de forma independiente cada uno presenta importantísimos apuntes sobre cómo podría ser mejor el país y el mundo, dejando de lado los fanatismos, trabajando los factores determinantes del progreso (raza, cultura, clima y ambiente, alimentación y educación) y tomando a la política como importante herramienta para lograrlo, buscando una cultura humana universal, tolerante y fraterna, donde se equilibren las fuerzas conservadoras y transformadoras, de tal forma que el hombre común propicie y disfrute de la coexistencia en la pluralidad, con ejercicio del pensamiento libre, en constante comprensión racional de su entorno.

Nota : Interesados en tener, conocer, aprender, compartir , divulgar y tolerar... Entre otros. 

El Libro de Venta aquí...

Hay que seguir leyendo, JaimePePo

Fuente : https://www.revistaaleph.com.co/manual-de-tolerancia-de-hector-abad-gomez/

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