Cada individuo es consciente de la necesidad particular de que cada uno esté
bien, para lograr que la comunidad íntegra esté bien. Así, las empresas no se
preocupan por imponer o influir en que se impongan reglas que las beneficien en
su condición individual y aislada, porque saben que es más conveniente observar
normas de beneficio colectivo en las que se tiene en cuenta el beneficio
individual.
Son normas en las que cada individuo aporta de sí lo que está a su
alcance para generar una superior comunidad, entendiendo que así obtendrá más
riqueza integral para el mejoramiento de la calidad de vida en las más diversas
dimensiones de conveniencia para el ser humano, en su composición física,
psíquica y espiritual y para la de la naturaleza y el universo con su necesidad
de perpetuarlos en excelentes circunstancias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario