sábado, 13 de septiembre de 2014

LA CALIDAD DEL SERVICIO_ ELIAS ALVAREZ BUENO, Asesor Gerencial. No 4

LA CALIDAD DEL SERVICIO ESTÁ RELACIONADA CON LA AUTORREALIZACIÓN.

Es imposible  que un empleado le ofrezca servicio excelente a sus clientes si en su interior no se siente autorrealizado. Yo creo que adoptar y practicar valores es un camino seguro para la autorrealización. Por eso me voy a referir a los valores.

Los valores son aquello por lo cual la gente hace lo que hace.
                                
Si valorar significa dar importancia, entonces valor es aquello a lo cual le damos la máxima importancia en cuanto que eso nos sitúa en los más intensos estados emocionales que anhelamos.

Los valores son esa "luz o guía interior" que inspira y selecciona todo lo que hacemos y nos dice todo lo que tenemos que suprimir o rechazar. Los valores son "torres orientadoras necesarias"; son "faros a los cuales debemos mirar", como dice Max Scheler, ese gran filósofo abanderado de la teoría de los valores.

Fijemos nuestra atención en los siguientes personajes para comprender más el significado y el poder de los valores.

Para el ingeniero Jaime Jaramillo una prioridad en su jerarquía de valores es la visión positiva; por eso cuando él recupera de las alcantarillas a un jovencito, no recupera a un "desechable", "ratero", "piojoso", "hambriento", etc., sino que él encuentra la oportunidad de un futuro abogado, ingeniero, líder comunitario, médico, etc.

Para el médico Elkin Patarroyo una prioridad en su jerarquía de valores es la salud; por eso es que él en los libros, en las universidades, en los laboratorios, en los investigadores lo primero que ve es la oportunidad de respuestas a su insistente pregunta ¿cómo erradicar para siempre la malaria?

Para el comandante del Ejército de Liberación Nacional, una prioridad en su jerarquía de valores es el poder apasionado; por eso él ve en la selva el poder de la sorpresa y el anonimato, mientras otros vemos el poder ecológico; él ve en los oleoductos el poder de la destrucción, mientras otros vemos el poder energético; por eso es que él toma tantas decisiones estúpidas.

Es obvio que todos tenemos un cerebro con poderes ilimitados, pero también es cierto que pocos tienen como prioridad obrar inteligentemente. Tal vez este hecho lamentable es el que motivó a Einstein a decir lo siguiente: "Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana. De lo primero no estoy seguro".

La autorrealización es fruto de la adopción de valores.

Cuando uno ha adoptado conscientemente una jerarquía de valores experimenta los siguientes placeres: uno crea situaciones o cosas que hagan visibles nuestros valores; uno siente paz y luz interior; uno toma cualquier decisión con facilidad; uno sabe lo que tiene que hacer; uno influye bien en los demás; uno tiene dirección existencial; uno disfruta de la gente; uno siente felicidad, certidumbre y reciedumbre a la vez.

Cuando las personas no han adoptado conscientemente una jerarquía de valores experimentan dolores como los siguientes: se tuercen fácilmente, porque les parece que es lo mismo ocho que ochenta; pierden el ansia de seguir buscando, como le pasa a los drogadictos; sienten vacío existencial, de aquí pasan a la apatía, de aquí a la frustración, en seguida a la depresión y, a veces, al suicidio; sin jerarquía de valores, la gente vive confundida viendo pardos a todos los gatos.

Tener o no tener una jerarquía consciente de valores es lo que explica que unas personas se autorrealicen y que otras no. Tener de primero a uno u otro valor es lo que explica los rumbos diferentes que toma la gente.

Adoptar conscientemente una jerarquía de valores es estar a cargo de la propia existencia; y no adoptar conscientemente una jerarquía de valores es dejar la propia existencia bajo el influjo del azar.
                                                              
El cambio de valores cambia la vida.

En los primeros años de adulto una persona pertenecíó a una institución en la cual un valor fundamental era la obediencia; en esa época, frente a sus jefes él veía la oportunidad de colaborarles o aprender de ellos, mientras otros sentían la amargura de la sumisión o enajenación.

Pero algún día esa persona puso la libertad antes que la obediencia; entonces empezó a sentir unos impulsos irresistibles a ser más influyente que influenciado y se retiró de esa institución; por este camino llegó al deseo de ser jefe y ese deseo lo llevó a buscar dónde habría una jefatura para él; así fue como llegó a ser jefe en grandes e importantes empresas.

Y pasados bastantes años dentro de la industria, esta persona, en un avión en vuelo leyendo un libro sobre "El Empresario Interno" de Gifford Pinchot III, subrayó la siguiente idea: "nuestras organizaciones grandes están produciendo muchísimas buenas ideas, pero no son capaces de llevarlas a la práctica". En este momento nuevamente cambió el orden de su jerarquía de valores y puso de primero la influencia;  por eso decidió convertirse en asesor, dejando el importante cargo en una gran empresa. En ese problema que señala Pinchot el alto ejecutivo vió una muchedumbre de clientes potenciales a los cuales él podía ayudarles a poner sus buenas ideas, sus sueños o sus visiones en acción (que es su actual misión).


                                                           
Esto de haberse convertido en un influenciador le ha puesto nuevamente a ser un lector incansable y como lector ha encontrado muchas oportunidades y ha hecho muchas "ampliaciones existenciales". Como influenciador ha conocido más personajes, ha viajado más, está más saludable, es más trascendente, ha escrito dos libros y va para el tercero. La influencia le ha producido felicidad.

Como se puede ver en esta biografía, el personaje ha hecho cambios sustanciales en su vida por haber cambiado sus valores. "Cambia tus valores y cambiarás tu vida", es un verdadero y poderoso axioma cuyo autor no conozco. Es tan poderosa la jerarquía de valores que no solamente provoca cambios sustanciales sino opuestos, como es el caso de San Pablo que pasó de perseguir a los cristianos a ser el apóstol cristiano por excelencia; o como el caso del cura Pérez que pasó de decir "la paz sea contigo" a la guerra.

Pablo cambió el valor beligerancia por el valor amor y el cura Pérez cambió al revés.


Escoja, ahora mismo, sus luces interiores, sus valores. Adopte y practique tres o cuatro valores de la lista siguiente, pero practíquelos de manera que las demás personas vean que Usted es un fanático de esos valores. La siguiente es una buena lista: honestidad, inteligencia, valentía, seguridad, pasión, salud, crecimiento, creatividad, felicidad, persistencia, amor, éxito. 

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