La planificación estratégica requiere
su puesta en práctica mediante acciones activas de la gestión de marketing.
La gestión operativa del marketing se plantea en un
horizonte temporal del medio y corto plazo y supone una actividad eminentemente
táctica. Tal como manifiesta Luque (1997, pág. 10) :
“El marketing operativo se refiere a las actividades
de organización de estrategias de venta y de comunicación para dar a conocer a
los posibles compradores las particulares características de los productos
ofrecidos. Se trata de una gestión voluntarista de conquista de mercados a
corto y medio plazo, más parecida a la clásica gestión comercial sobre la base
de las cuatro >”.
El marketing operativo gestiona las decisiones y
puesta en práctica del programa de marketing-mix y se concreta en decisiones
relativas al producto, precio, distribución y comunicación.
El mejor plan de marketing estratégico no puede tener
éxito sin una gestión comercial activa de la empresa para conquistar los
mercados.
La funciones básicas del marketing operativo se
centran en las actividades:
1) Elaboración de las políticas comerciales.
Partiendo de los objetivos estratégicos formulados se
establecen los objetivos comerciales específicos que sirven de guía al
marketing operativo. Los diferentes objetivos empresariales se encuentran
íntimamente relacionados y jerárquicamente ordenados.
El establecimiento de los objetivos comerciales que se
pretenden alcanzar con las operaciones comerciales de la empresa deben estar
claramente definidos y poseer las siguientes cualidades, Serrano (1994, pág.
54) :
A) Coordinados. Los objetivos comerciales deben
estar formulados para que contribuyan al logro de los objetivos de nivel
superior.
B) Definidos en el tiempo. Precisar el
horizonte temporal de los objetivos es esencial.
C) Cuantitativos. Los objetivos comerciales
deben poder medirse para facilitar su gestión y control.
D) Posibles. Los objetivos deben ser
compatibles con el entorno y ser alcanzables para que motiven al personal en su
consecución. El establecimiento de objetivos es vital para la planificación y
la gestión de las operaciones comerciales y son un elemento esencial para
establecer un sistema de control.
Partiendo de los objetivos comerciales específicos la
dirección de marketing elabora las ofertas comerciales que la empresa ofrece al
mercado. Con la ayuda del sistema de información comercial, la dirección de
marketing elabora una oferta comercial que supone definir las características
específicas del producto o servicio, fijar el precio, la distribución y el modo
de comunicación con el mercado.
El producto desde el punto de vista del marketing es
mucho más que el producto físico. El producto desde la perspectiva del
consumidor incorpora atributos no sólo físicos sino también psicológicos y
sociológicos. Los consumidores suelen atribuir personalidades a los productos.
Por tanto, la gestión del producto implica decisiones
respecto a la imagen y posicionamiento del mismo. Corresponde al marketing
operativo la gestión de la gama de productos y el mantenimiento
modificación, abandono o lanzamiento de nuevos productos.
Los rápidos cambios de entorno y de los hábitos y
demandas de los consumidores demandan una gestión de la cartera de productos y
un énfasis en la investigación y desarrollo de nuevos productos.
En una economía moderna el producto incorpora
distintos servicios complementarios que tienen que ser gestionados y los
servicios tienden a tangibilizarse incorporando elementos físicos.
Por otra parte, lo que verdaderamente interesa al
consumidor no es el producto en sí, sino el beneficio que le reporta y los
problemas que le resuelve.
La gestión de las marcas, los envases, las etiquetas y los embalajes
son aspectos relevantes de la gestión del producto. Una adecuada estrategia de
marcas es esencial para posicionar el producto y crear una imagen que facilite
la lealtad de los consumidores.
La gestión de la cartera de marcas y de las
distintas estrategias de marcas es otra responsabilidad de la dirección
comercial.
Unas marcas fáciles de recordar, fáciles de
pronunciar, con evocaciones positivas y registradas facilitan la gestión
comercial.
Las marcas constituyen activos empresariales valiosos
que deben ser gestionados y un instrumento imprescindible para el
establecimiento de relaciones a largo plazo con los consumidores y el
mantenimiento de la fidelidad.
La gestión de los precios parte del
conocimiento de los costes del producto, la sensibilidad de la demanda respecto
a variaciones de los precios, la estrategia global y comercial de la empresa y
los precios de los competidores.
Las decisiones con respecto al precio precisan un
conocimiento profundo de los distintos grupos poblacionales y su sensibilidad
al precio.
La existencia de grupos poblacionales con diferentes
sensibilidades al precio posibilita la utilización de precios diferenciados. La
gestión de los precios puede suponer distintos precios en función de:
A) La zona geográfica. Distintas zonas
geográficas en las que opera la empresa pueden tener distintos grados de
competencia y diferentes grupos poblacionales por lo que puede ser aconsejable
la utilización de distintos precios en distintas zonas.
B) El tiempo. La gestión de la demanda
especialmente en los servicios puede aconsejar la implantación de diferentes
precios en función de la temporada del año, el día de la semana o la hora.
C) La demanda. Diferentes grupos poblacionales
pueden aceptar distintos precios.
Las estrategias de determinación de precios pueden
basarse en la satisfacción de los clientes, reduciendo sus percepciones de
incertidumbre y considerando el establecimiento de relaciones a largo plazo .
La competencia, la etapa en la que se encuentra el producto dentro de su ciclo
de vida, la imagen que se quiere transmitir y los objetivos comerciales van a
condicionar la política de precios. La dirección comercial tomará decisiones
con respecto a los márgenes y las políticas de descuento, rebajas,
bonificaciones y crédito a los compradores.
La disponibilidad del producto para el consumidor
requiere el desarrollo de un amplio conjunto de actividades de distribución. La
gestión de las políticas de distribución trata de situar los productos y
servicios ofrecidos en el lugar, tiempo y forma deseada por los consumidores. Las
estrategias de cobertura de los mercados, la selección de los canales, la
selección de intermediarios, la localización de los almacenes y la logística
constituyen aspectos de la gestión de la política de distribución.
Las principales decisiones en el proceso de diseño y selección del
canal de distribución se relacionan con la longitud del canal, el número de
intermediarios a utilizar, el tipo específico de intermediario y las
responsabilidades de cada integrante del canal.Partiendo de los objetivos
fijados y en función de las características del entorno la dirección comercial
selecciona el canal de distribución y los intermediarios concretos de los
distintos escalones de la red de distribución.
El importante coste que representa para muchas
empresas y la necesidad de acceder a los mercados en el momento del tiempo y en
las condiciones que los clientes demandan, hacen de la distribución física
una actividad esencial. La distribución física requiere la toma de decisiones y
la gestión de los pedidos, la organización y localización de almacenes, la
gestión de existencias y de medios de transporte. Las decisiones en este área
toman en consideración los costes, el tiempo de entrega, la capacidad, la
disponibilidad y la estrategia de servicio a los clientes establecida.
De especial importancia es la gestión de las
relaciones con la distribución. El establecimiento de canales de información
y la colaboración de los distintos niveles de la cadena de generación de valor
del producto son esenciales para responder de forma flexible y rápida a las
cambiantes demandas de los consumidores finales. Igualmente la cooperación
entre los distintos niveles de la cadena productiva es un factor esencial en la
reducción de costes y en la disminución de los tiempos de entrega.
Por último la cuarta área de decisión a la que
denominamos refuerzo de la oferta se centra en dar a conocer, informar y
convencer al mercado de las características de la oferta.
Para vender, no es suficiente ofrecer un producto a un
precio atractivo a través de un canal de distribución bien estructurado,
además, es preciso dar a conocer la oferta, poner de manifiesto sus cualidades
distintivas frente al grupo de compradores al que se dirige y estimular la
demanda a través de acciones promocionales adecuadas.
Las principales actividades incluidas en esta política
de promoción son la publicidad, la promoción de ventas, las relaciones públicas
y la venta personal.
La publicidad es una comunicación pagada por la
empresa que se presenta como información emanada de un anunciador y concebida
para apoyar directa o indirectamente las actividades de la empresa.
La publicidad informa y persuade al mercado potencial
sobre las bondades del producto, la marca o la empresa mediante la inserción de
mensajes comerciales controlados por la propia empresa, en medios de
comunicación a los que se remunera.
Tal como manifiesta el maestro Ogilvy (1989, pág. 7) :
“No considero que la publicidad sea una forma de arte o de diversión, sino un
medio de comunicación. Cuando redacto un anuncio, no quiero que se me diga que
es creativo. Quiero que resulte tan interesante que obligue a comprar el
producto”.
La dirección de marketing tiene que tomar decisiones
en relación al presupuesto publicitario, tipo de publicidad e imagen que
se quiere transmitir. Cuando la empresa decide utilizar una agencia de
publicidad para la realización de los anuncios se precisa una selección de la
agencia de publicidad y un contacto estrecho para la correcta selección de ejes
de comunicación, realización de las piezas publicitarias, planificación de
medios y planificación de las campañas publicitarias.
La promoción de ventas la constituyen actividades que
tratan de proporcionar incentivos para la venta e incrementar el valor ofrecido
al consumidor. La promoción de ventas suele constituir una acción limitada en
el tiempo y que generalmente pretende incrementar las ventas a corto plazo.
Representa una parte significativa del presupuesto de
las actividades reforzadoras de la oferta. La utilización de los instrumentos
promocionales precisa creatividad junto con una cuidadosa gestión y planificación.
Los sorteos, regalos y cupones de descuento constituyen promociones que pueden
dirigirse a los consumidores, los intermediarios, la fuerza de ventas y los
prescriptores.
Las relaciones públicas se dirigen a múltiples
públicos potenciales de la empresa, para conseguir la valoración de una imagen
pública para la empresa. La gestión de la comunicación con los diferentes
sectores de la opinión pública y la creación de un clima de confianza dentro y
fuera de la empresa constituyen áreas de gestión de las relaciones públicas.
Por último la venta personal permite una comunicación
adaptada al interlocutor, pudiendo ser la persuasión más efectiva puesto que se
realiza personalmente. La decisiones relativas a la fuerza de ventas incluyen
el reclutamiento y la selección de vendedores, su formación, el sistema de
venta, la gestión de grupos de vendedores, asignación de territorios, rutas,
plan de visitas, la retribución, motivación y control.
Las decisiones de marketing-mix para que sean
eficientes precisan de un sistema adecuado de información comercial y de la
necesaria coordinación entre las variables. Las variables comerciales no son
independientes sino que interactúan por lo que se precisa una gestión conjunta
que potencie sus resultados y favorezca las sinergias.
La posibilidad de conseguir economías de alcance entre
los componentes del marketing-mix es un aspecto relevante que la dirección de
marketing tiene que analizar cuidadosamente para obtener ventajas competitivas
sostenibles.
Fuente:aulafacil.com
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