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El éxito
de una negociación depende en gran medida de conseguir una buena comunicación entre las partes.
Cada uno de ellos tiene que ser
capaz de comunicar de forma clara cuáles son sus planteamientos y cuales son
sus objetivos.
Además deben cerciorarse de que la
otra parte ha captado con exactitud el mensaje que uno ha transmitido.
Una vez que se conoce con precisión
la posición del interlocutor resulta
más fácil buscar puntos de encuentros que satisfagan los intereses mutuos.
Podremos adaptar nuestra oferta para que se ajuste mejor a sus necesidades. Además, podremos seleccionar
aquellos argumentos que respondan mejor a sus intereses.
Esto que parece obvio falla en
numerosas negociaciones, siendo la principal causa de que éstas no
lleguen a buen término.
No es infrecuente que las partes se
enzarcen en una agria disputa sin que ninguna de ellas conozca realmente cual
es la posición de la otra.
La causa principal de los fallos de
comunicación reside generalmente en que no
sabemos escuchar.
Estamos más preocupados en lo que
queremos decir que en oír lo que nos dicen. Además, la tensión que genera la
negociación, el miedo a perder posiciones, nos lleva a adoptar una actitud defensiva que nos hace saltar ante el
primer comentario del con el que no coincidamos.
La buena comunicación exige una escucha
activa:
Concentrarse en lo que nos está
diciendo el interlocutor y no estar pensando en lo
que uno va a responder.
Cuando el interlocutor ha expuesto
una idea importante conviene repetir sus palabras ("Lo que usted quiere decir es que...") para asegurarnos que
lo hemos entendido perfectamente.
La otra persona agradecerá que se
le preste atención, lo que mejorará el ambiente de la
negociación. En su momento él también nos prestará la atención debida. Otro
aspecto fundamental es saber preguntar.
Por lo general nos cuesta
trabajo preguntar, evitamos realizar algunas preguntas por miedo a
molestar, si la respuesta no nos ha quedado clara nos resulta aún más difícil
insistir.
Un buen negociador se distingue
porque sabe preguntar, no tiene miedo a insistir
si la contestación no le ha convencido, da tiempo al interlocutor para que
responda oportunamente, no trata de llenar el silencio que se pueda producir
autorrespondiéndose.
Fuente: aulafacil.com
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Profesional en Mercadeo con Maestría en Educación, consultor y formador en competencias laborales para el Retail, (SENA), – Formación para el trabajo -. Doctor Honoris Causa en Mercadeo, con énfasis en Perceptología Comercial, Gerente general de RETAIL MASTER (Formación incluyente para el Retail), amplia experiencia en formación y vinculación de personas con discapacidad para el mundo del Retail. gerenciaretailmaster@gmail.com ... Síganme en X como: @jaime_pepo
domingo, 9 de octubre de 2016
Negociación _ Comunicación.
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