Cada negociación es diferente y exige una aproximación específica.
No se puede tratar de utilizar siempre el mismo esquema de negociación.
No hay dos clientes iguales y cada uno de ellos exige un trato
determinado.
No obstante, se podría hablar de dos estilos básicos de negociación:
la negociación
inmediata y la negociación progresiva.
La negociación inmediata busca llegar con rapidez a un acuerdo, sin preocuparse en tratar
de establecer una relación personal con la otra parte.
La negociación progresiva busca en cambio una aproximación gradual y
en ella juega un papel muy importante la relación personal con el interlocutor.
Se intenta crear una atmósfera de confianza antes de entrar propiamente en la
negociación.
A algunas personas les gusta ir directamente al grano mientras que otras prefieren
establecer un vínculo personal antes de entrar a discutir posiciones.
Los primeros suelen basar su decisión en datos objetivos (precio, financiación,
características técnicas, garantía, plazo de entrega, etc.), mientras que los segundos valoran
también muy especialmente consideraciones subjetivas (confianza, amistad, honestidad,
etc.).
Una variable que resulta determinante para ver que estilo de negociación
conviene utilizar es si se trata de una negociación puntual, aislada, o
si por el contrario se pretende mantener una relación duradera con la
otra parte.
La diferencia fundamental entre una negociación aislada (por ejemplo, la compra de una
vivienda) y una relación duradera (la relación con un proveedor) está en
la importancia o no de establecer una relación personal con el interlocutor.
En una negociación puntual no hay necesidad de tratar de estrechar lazos. En este tipo de negociación cada
parte puede tratar de maximizar su beneficio a costa del otro. El deterioro de
las relaciones que esto puede producir no tiene mayor trascendencia ya que
probablemente no haya que volver a negociar con esta persona.
Por el contrario, cuando se negocia con un cliente o con un proveedor
con el que interesa mantener una relación duradera resulta primordial cuidar la relación personal.
No sería lógico en este caso negociar con prisas, tratando de imponer a
toda costa nuestros planteamientos, con el consiguiente deterioro de los lazos
afectivos.
Cuando interesa mantener un
vinculo duradero hay que preocuparse por que cada negociación que se realice
sea beneficiosa para todos y sirva para estrechar la amistad.
Fuente: aulafacil.com
Fuente: aulafacil.com
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