La iluminación es,
sin duda, uno de los elementos más importantes a tener en cuenta a la hora de diseñar un formato comercial,
precisamente por los efectos positivos o negativos que puede producir. Puede
deformar la apariencia del producto de tal forma que sea percibido de forma
diferente a como es en realidad.
Una buena base de
iluminación permite:
· Activar, potenciar
y destacar la exposición de los productos en el lineal.
· Realzar los
atributos intrínsecos de los productos.
· Generar puntos
calientes en las zonas frías del establecimiento.
· Decorar la tienda
aportando calidez y buen ambiente.
Podemos encontrar
diferentes tipos de lámparas:
· Incandescentes:
(bombilla normal), desprenden más calor en relación a su potencia. La calidad
de la luz tiende al amarillo, provocando alteración óptica del color de los
artículos. Las que emiten luz azulada, producen una iluminación más similar a
la solar.
· Fluorescente: emiten
una luz muy parecida a la solar. Respeta bastante la cualidad cromática de los
objetos y no desprenden calor, pero dan aspecto de frialdad.
· De mercurio: emiten
una luz muy débil de carácter azul-verdosa, que interfiere al color de los
productos.
· Halógenas:
proporcionan luz blanca diáfana sin oscilaciones.
· Lámparas de luz dirigida:
concentran la luz en un punto.
Recomendaciones:
Que los focos o
puntos de luz no deslumbren a los clientes.
Evitar tubos
fluorescentes para iluminar los lineales.
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