Para el
estudio y puesta en práctica del Merchandising, podemos dividirlo en tres tipos:
VISUAL O
DE PRESENTACIÓN: Consiste en la exhibición adecuada de los productos, determinando
su lugar de ubicación en el lineal, según la categoría del producto, familia y
subfamilia de que se trate, con el fin de optimizar la circulación de la
clientela en el formato comercial. A través de un diseño cómodo, lógico y
ordenado del establecimiento, una presentación atractiva de los productos y
aplicando técnicas que mejoren la presentación visual del producto, se potencia
su atractivo y se fomenta su compra.
DE
SEDUCCIÓN: Trata de transformar el acto de compra en una actividad de ocio,
convirtiendo el punto de venta en una “tienda de espectáculo” a través de las
técnicas de animación (degustaciones, promociones, colocaciones especiales y
estímulos publicitarios) y creando una atmósfera especial en el establecimiento
(a través de la decoración, mobiliario, iluminación, etc.) para promover la
imagen del propio distribuidor.
DE
GESTIÓN: Sus objetivos son satisfacer al cliente y obtener la mayor
rentabilidad en el punto de venta. Para alcanzarlos se debe realizar un estudio
de mercado con el fin de conocer al cliente potencial, sus necesidades a cubrir
y la situación de la competencia así como llevar a cabo una gestión adecuada
del espacio, el surtido y la comunicación en el formato comercial.
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