El acuerdo marca el final de una
negociación que ha concluido con éxito.
Cuando por fin se alcanza un
acuerdo uno no puede arriesgarse a estropearlo planteando nuevas exigencias.
Es conveniente mostrarse humilde si
uno cree que ha resultado ganador.
Cuando finalmente se alcanza un
acuerdo hay que plasmarlo por escrito, no puede quedar
exclusivamente en un compromiso verbal.
Permitirá interpretar fielmente los
términos del mismo si durante su ejecución surgen diferencias.
Sirve de modelo para futuras
renovaciones.
El acuerdo escrito queda plasmado
aunque algunas de las personas que intervinieron en la negociación no
continúen en la empresa.
Dicho acuerdo es el resultado de la
aceptación de un planteamiento final que incluye numerosos puntos: número de
unidades, características técnicas, plazo de entrega, precio, facilidades
financieras, descuentos, garantías, servicio post-venta, etc.
Este acuerdo final es un momento
clave en la negociación, en ese momento quedan fijadas las condiciones,
ya no hay marcha atrás.
Cualquier intento posterior de
modificación tendría que realizarse bien persuadiendo a la otra parte (lo que
no sería fácil), bien por vía judicial.
La importancia de esta decisión
justifica que uno pueda solicitar cierto tiempo de reflexión antes de
dar una respuesta definitiva (no hay por qué precipitarse a la hora de tomar
una decisión de esta importancia).
La otra parte debería aceptar esta
petición, totalmente lógica, conviniendo entre ambos un plazo razonable para
contestar.
El documento donde se recoge
el acuerdo exige una lectura reposada, debiendo uno cerciorarse de que
recoge fielmente todos los puntos tratados.
Cualquier duda que surja es ahora
el momento de plantearla. Antes de firmar un documento hay que tener la
seguridad plena de que recoge exactamente lo que uno ha negociado.
En este documento hay que tratar de
ser lo más exhaustivo posible, recogiendo cualquier aspecto que pueda
afectar al desarrollo del acuerdo o cualquier eventualidad que se pueda
presentar.
Este documento, además de recoger
los puntos principales que han sido tratados, suele llevar mucha "letra
pequeña" que puede tener gran transcendencia durante la vida del
acuerdo.
Renovación tácita o expresa,
garantías aportadas por cada parte, actos que se consideran causa de
incumplimiento, acontecimientos que permitirán cancelarlo anticipadamente,
posibles sanciones a aplicar, etc.
En caso de no recoger algunos de
estos aspectos, se puede producir posteriormente, durante su ejecución, un vacío
legal en su interpretación del que cada parte trate de aprovecharse y que
al final haya que resolver en los tribunales.
Todo esto exige que una vez
alcanzado el acuerdo, en vez de relajarse (algo que a veces suele ocurrir)
haya que estar especialmente atento durante la redacción del documento
y que antes de firmarlo haya que darle una lectura reposada.
Por último, es esencial que antes
de firmar un documento el negociador verifique si cuenta con delegación
suficiente de su empresa o si, por el contrario, requiere la autorización
de una instancia superior.
Aunque este es un aspecto que uno
debería tener claro antes de sentarse a la mesa de negociación, resulta
conveniente volver a verificarlo antes de la firma, después ya sería
demasiado tarde y podría uno haber comprometido a su empresa en una operación
para la que no estaba facultado.
Fuente:aulafacil.com
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Profesional en Mercadeo con Maestría en Educación, consultor y formador en competencias laborales para el Retail, (SENA), – Formación para el trabajo -. Doctor Honoris Causa en Mercadeo, con énfasis en Perceptología Comercial, Gerente general de RETAIL MASTER (Formación incluyente para el Retail), amplia experiencia en formación y vinculación de personas con discapacidad para el mundo del Retail. gerenciaretailmaster@gmail.com ... Síganme en X como: @jaime_pepo
domingo, 20 de noviembre de 2016
Negociación _ Acuerdo en la negociación.
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