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Entre las principales virtudes de
un buen negociador destacan la flexibilidad y la creatividad.
La flexibilidad define su
capacidad de maniobra, el saber ajustarse a cada situación concreta.
La creatividad se refiere a su
habilidad para encontrar soluciones alternativas, para encontrar puntos de acuerdo allí donde aparentemente no los
hay.
Ya se ha comentado la importancia
que tiene la fase de preparación antes de sentarse a negociar.
En esta fase hay que definir los
objetivos, la estrategia, los argumentos, etc. No obstante, por mucho que
se haya podido prever el desarrollo de las negociaciones la realidad puede
ser luego bien distinta, pudiendo tomar la negociación un rumbo
completamente diferente.
Esto exige una mente abierta,
dispuesta a reaccionar ante los acontecimientos, ante la nueva información y
ante los nuevos planteamientos.
Un negociador no se puede sentir
encorsetado por la estrategia que había preparado sino que tiene que tener capacidad
de adaptación.
Una buena preparación (dominar nuestra oferta, nuestros objetivos, conocer los intereses de
la otra parte, la oferta de los competidores, tener claro nuestro margen de
negociación, etc.) permite una mayor flexibilidad.
Por contra, el negociador poco
preparado suele mantenerse inmóvil, temeroso de apartarse de sus
planteamientos iniciales por miedo a cometer algún error.
Cuando una de las partes se muestra flexible obliga en cierta medida a la otra a
dar también muestras de flexibilidad.
La creatividad, por su parte, contribuye a aumentar sustancialmente las posibilidades
de cerrar con éxito la negociación.
La creatividad es especialmente
importante antes situaciones de bloqueo que ponen en peligro el acuerdo.
El buen negociador se caracteriza
por buscar y encontrar caminos alternativos, por ser capaz de analizar la situación desde diferentes puntos de
vista, de encontrar soluciones novedosas que sean aceptables para todos.
La creatividad permite también ensanchar
el área de colaboración. Se inicia la negociación con el objetivo de
alcanzar un acuerdo sobre un tema determinado y se termina encontrando nuevas
áreas de colaboración.
Por
ejemplo, una fábrica de muebles inicia negociaciones con una serrería para
adquirir un lote determinado de madera y termina firmando un contrato de
suministro a 5 años.
Fuente: aulafacil.com
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Profesional en Mercadeo con Maestría en Educación, consultor y formador en competencias laborales para el Retail, (SENA), – Formación para el trabajo -. Doctor Honoris Causa en Mercadeo, con énfasis en Perceptología Comercial, Gerente general de RETAIL MASTER (Formación incluyente para el Retail), amplia experiencia en formación y vinculación de personas con discapacidad para el mundo del Retail. gerenciaretailmaster@gmail.com ... Síganme en X como: @jaime_pepo
lunes, 14 de noviembre de 2016
Negociación _ Flexibilidad y creatividad
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