El Mercadeo es un ejercicio
permanente de creatividad, propio del ser humano, directamente relacionado con
la inteligencia y la sensibilidad.
Mercadeo no es otra cosa que
soluciones obtenidas mediante prueba y error, y gracias a comprender lo cambiante
del mundo, alejándose de las verdades
absolutas inexistentes.
El Mercadeo se niega a
establecer reglas definidas, a sacrificar la reconfortante búsqueda a cambio de
aparentes triunfos momentáneos.
El Mercadeo es un proceso
creativo, irracional e incierto; lo que es muy diferente a decir improvisado,
repentista, sin método.
Mercadeo posee un mandato
natural consistente en satisfacer necesidades del consumidor… No se concibe un Mercadeo
que no dignifique al ser humano, que discrimine, que limite la libertad o que
busque impedir las diferencias propias y necesarias de una sociedad.
El Mercadeo es la unión de
todos los factores de la organización, orientados hacia el consumidor.
Es momento de preguntarnos
si las organizaciones están interesadas en ser creativas y lograr una orientación
hacia el cliente; o continuar eminentemente orientadas al producto.
El Mercadeo no es otra cosa
que a través de un proceso creativo convertir desconocidos en amigos y amigos
en clientes.
El reto es la diferenciación,
la creatividad que parte del respeto al ser humano, al valor de la familia, a
la naturaleza, a la convivencia, a lo armónico, a lo simple…
El Mercadeo hoy más que
nunca ha comprendido que el cliente quiere y exige diferenciación.
El gran sueño de un Mercadeo
responsable es contribuir a despertar la inteligencia y el sentido crítico,
como la mejor manera de conservar y acrecentar nuestros clientes…
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