La
promoción de un producto es el conjunto de actividades que tratan de comunicar los
beneficios que reporta el bien o servicio y de persuadir al mercado objetivo
para que lo adquiera. Es una combinación de las siguientes actividades:
- Venta
personal.
-
Publicidad.
-
Propaganda.
-
Relaciones públicas.
-
Promoción de ventas.
- Mercadeo
directo.
La forma
en que se combinan los distintos instrumentos promocionales dependerá de las
características del producto, mercado, competencia y de la estrategia seguida
por la empresa. Así, por ejemplo, en productos industriales cuyos mercados suelen tener
una clientela reducida y concentrada, la venta personal es la forma de
promoción más utilizada.
En los productos de
consumo masivo, en cambio, se utiliza fundamentalmente la publicidad y la
promoción de ventas (ofertas, regalos, premios, etc.). Asimismo es habitual la
utilización de herramientas de Mercadeo directo
tales como la venta por correo, mailing, venta por catálogo, etc.
Las empresas
de automóviles, de discos, de cinematografía y de moda, por citar algunos
ejemplos, se apoyan en buena medida en la propaganda que les deparan las
pruebas técnicas, los ranking y las opiniones de expertos que aparecen en los
medios de comunicación.
Las instituciones financieras, por último, hacen uso
frecuente de las relaciones públicas para mantener y mejorar una buena imagen
ante los distintos públicos a los que sirven.
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