lunes, 15 de julio de 2013

La Lenta Evolución de las Tiendas Tradicionales Colombianas_ Maurio Arango

Hay que proceder con mucho respeto y cuidado al investigar, analizar, juzgar y comentar este importante canal que abastece al gran promedio de los habitantes de barrio Colombiano.


Hay en el aire, infinidad de suposiciones, comentarios no sustentados y creencias, acerca del estado de competitividad de las tiendas en Colombia y sobre el futuro de ese canal, en el contexto comercial.


Es muy importante dejar sentado el concepto de que, la lenta evolución de las tiendas tiene unas razones sustentables de marca mayor, que ameritan un estudio antropológico profundo de las fuerzas del mercado, de lo social, de lo político y de lo económico. Y que, de todas formas esto no es una crítica, sino más bien un documento que invita a la reflexión para promover el cambio.


El tendero Colombiano, en términos generales tiene una considerable y respetable sabiduría, originada en la experiencia cotidiana transmitida y aprendida en las costumbres culturales de los millones de clientes compradores-consumidores atendidos diariamente. Este conocimiento tiene que ponerse sobre la mesa, a la hora de considerar un proyecto de modernización y actualización. La tradición cultural es fundamental en el análisis antropológico, orientado a conseguir y acelerar unos resultados de evolución y actualización.


Si nos remontamos a la antropología de la tienda Colombiana, nos encontramos con que los fundadores y primeros practicantes de éste formato tienen exactamente la misma edad de la historia de Colombia. Eso representa mucho tiempo. Y a la vez una tremenda influencia cultural.


Las costumbres comerciales para el diseño, montaje y la operación de las tiendas tradicionales, se originaron y/o heredaron realmente de varios de aquellos antiguos modelos y situaciones.


En otras palabras, la tienda nuestra de hoy, tiene una historia y un proceso largo, que se ha cocinado con muchos hervores, muchos ensayos errores y muchos esfuerzos culturales.


Sabemos por el estudio antropológico, que las familias, de nuestro país, enmarcadas en un estrato socio-económico medio y bajo, con toda su necesidad de subsistencia, fueron desde tiempos remotos, quienes dieron origen al formato de pequeño e improvisado almacén de barrio.


Estas primeras e incipientes tiendas, que heredaron su nombre del lenguaje árabe, se montaron, como diríamos hoy “con las uñas” , con muy escasos recursos y muy poco conocimiento. Lo que hoy podemos apreciar en su forma y en su funcionamiento, es un muy directo reflejo. Es que la falta de cultura, de educación, y una pobre trasmisión de conocimientos solo pueden producir el resultado lógico actual.


El espacio lo sacaron o arrebataron de la vivienda familiar, improvisando un cuarto, un garaje o el salón social, que tuviera ventana o puerta hacia la acera.


El amueblamiento, que hoy conserva un sabor colonial-republicano, simplemente se originó en un mesón para exhibir la mercancía y en alguna repisa o anaquel de pared que permitiera cargar y mostrar el inventario o surtido. Así de sencillo y lógico, fue el origen dela tienda.


Hoy, con nuestra imperante pobreza, aún cargamos parte de ese estilo, con la falta de recursos y conocimiento, claro que influenciado por los avances de las comunicaciones, la tecnología y los recursos económicos de algunas pocas familias comerciantes, que han tenido acceso al conocimiento. Es preciso recordar que la familia Colombiana, fundadora de las tiendas, hace parte del gran 81% actual de estratos técnicamente pobres.


En el esquema actual de la tienda, todavía se observan y conservan múltiples detalles de ese inicio.


Recordemos que por aquellos tiempos no existían los grandes almacenes actuales, y los pocos que se habían creado, circundaban la plaza principal del pueblo en cuestión, con un tamaño muy pequeño de no más de 50 o 80 mts cuadrados.


La plaza principal de los pueblos siempre se constituyó en el centro de ejercicios comerciales, itinerantes o efímeros, adonde acudían compradores y comerciantes, cada semana, a resolver su subsistencia. Este ejercicio siempre que fuera posible con un toldo-mesa de exhibición. Allí se aprendieron las posibilidades de exhibición, que luego se llevaron a la tienda, buscando mayor estabilidad comercial y permanencia en el servicio al cliente.


Así, la tienda fue evolucionando lentamente y jalonada por las incipientes exigencias del comprador, que muy poco informado estaba sobre la oferta comercial.


El comprador acomodado en lo poco que conocía, utilizaba los recursos de la tienda, no exigía, y el tendero ignorante, poco inquieto, y desconocedor, poco se preocupaba por mejorar su propuesta comercial. Los esfuerzos de distribución de la industria apenas daban sus primeros pasos.


EL CONTEXTO ACTUAL


La industria y los productores con toda su necesidad de distribución, para colocar sus productos en manos de los clientes compradores, han desarrollado una gran variedad de importantes contribuciones y ayudas nuestra tienda colombiana. Basta con mencionar algunas de ellas por categorías como: refrescos, cervezas y snacks. De la mano con las ayudas de exhibición, han contribuido con modelos de manejo de la información y capacitación.


Pero, en los últimos 70 años ha sido más bien poco el aporte proporcional de la industria, a las necesidades de mejoramiento de la tienda, tal vez uno de los canales más importantes, en tamaño y muy probablemente en consumo.


Hoy, las cosas han cambiado. El numero de productores, el transporte organizado, las comunicaciones de todo tipo, la administración, las leyes, la industria de la exhibición comercial, el mercadeo, la arquitectura y por supuesto los clientes compradores consumidores.


Este cambio ha llevado a la tienda a tener que cambiar para poder competir.

Enumeremos solo 10 aspectos en los que la tienda tradicional debe trabajar para evolucionar a tono con la época:


1. El puesto de pago, cómodo, ágil, fácil, eficiente, inteligente y sistematizado.


2. La exhibición coherente a la disponibilidad de espacio, y a la coordinación de los clientes y operadores

3. El surtido, la variedad del portafolio de opciones y las especialidades.


4. La posibilidad de autoservicio o asistencia capacitada y profesional.

5. La iluminación integral.

6. Los accesos convenientes al tráfico de clientes operarios y proveedores.


7. Los exhibidores especializados con temperaturas requeridas por los productos.(frío y calor).


8. Las posibilidades especiales de exhibición por categorías. (fruver, refrescos,licores entre muchos más).


9. Los recursos de contenedores de ayuda para comprar. (canastillas, carros,bolsas).


10. Una diagramación espacial coherente al volumen de mercancía, clientes, operarios y proveedores.



Éstos 10 conceptos, MÁS un modelo de administración adecuado a la relación comercial numérica, social y cultural con los proveedores, debe ser el rutero para evolucionar la tienda tradicional Colombiana.


La industria por supuesto debe hacer un aporte, sino de relación 70/30 de un50/50 mínimo. Esto para beneficio de la relación integral tienda-cliente-proveedor. El progreso de nuestro país está altamente cimentado en el negocio familiar: la tienda de barrio.



Mauricio Arango Echavarría.

Consultor

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