8. NO debemos vivir la
venta como un proceso arduo y tenso para ambas partes. Si se trabaja bien, es
un proceso altamente estimulante y gratificante para el cliente y para el
vendedor, en el que ambos sienten fluir su energía.
9. NO debemos evitar a
ciertos clientes que parecen “difíciles”. Mejor debemos intentar comprender
cuál es el problema de la comunicación, para superarlo.
10. NO podemos desconocer el
proceso mental y emocional del cliente que busca comprar, ni mirarlo en forma superficial.
Más bien, debemos identificarlo, para sintonizarnos con él y sincronizar la
venta con ese proceso.
11. NO debemos olvidarnos de
la importancia de la construcción de confianza recíproca entre el cliente, el
vendedor y la empresa. Sin ellos, el proceso no dará resultados.
12. NO debemos centrar
excesivamente nuestras acciones de venta en la empresa, sus productos y sus
ganancias. Si lo hiciéramos, seguramente perderíamos al cliente, quien ya no
nos vería como su aliado, amigo y consultor.
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