Asesor de Empresas.
La sabiduría del exdelincuente es ...
incinerar, arrojar, explotar.
Cierta entidad de rehabilitación juvenil, que se involucró decididamente en los procesos de "aprendizaje vivencial", nos sugiere las siguientes tres alternativas para mover al elefante.
Cierta entidad de rehabilitación juvenil, que se involucró decididamente en los procesos de "aprendizaje vivencial", nos sugiere las siguientes tres alternativas para mover al elefante.
Primera sugerencia: destinar un sitio y unas horas para sesiones de "incineración purificadora". En dicho centro de rehabilitación había un pequeño recinto dotado de bombillas que arrojaban una tenue luz de amarillo intenso; en el centro del piso del recinto había un recipiente refractario con carbones encendidos. Periódicamente los jóvenes acudían al recinto, se sentaban en el piso, escribían en un papel todas aquellas vivencias estorbosas o sentimientos negativos, se levantaban uno por uno y tiraban al fuego el papel diciendo... " me despojo de lo negativo, lo quemo "; posteriormente los jóvenes dialogaban acerca de lo malsano que es mantenerse atorado por los sentimientos o vivencias negativas. Y a medida que avanzaba la "exteriorización liberadora", se iba reflejando en los rostros, en la mirada y en la respiración la brisa típica de la salud espiritual que le aligera a uno el equipaje y le agiliza la motricidad.
Segunda sugerencia: identificar individualmente y en grupo cadenas ancestrales que nos mantienen anquilosados; representar esos anquilosamientos con bolitas plásticas, acudir periódicamente a un puente sobre un río caudaloso y lanzarlas a la corriente.
Tercera sugerencia: identificar individualmente y en grupo las potencialidades humanas inactivas; adquirir pequeños e inofensivos explosivos de pólvora; escribir sobre la tierra el nombre de potencialidades inactivas y, sobre cada nombre, hacer explotar los detonantes; culminar la sesión con un diálogo acerca de "estrategias para mantenerse alerta frente a las potencialidades que hay en el interior de cada persona".
Al elefante institucional se le puede mover incinerando, despojándose y
lanzando a la corriente y explotando la mina de las potencialidades humanas.
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