En su libro "Dios, Patria y Coca Cola" (Vergara Business,
2001), Mark Pendergrast sintetiza los secretos del éxito de una de las empresas
de gaseosas más poderosas del mundo en "30 mandamientos" básicos.
1)
Venda un buen producto. No es necesario que el producto hable o vuele, pero sí
que ejerza alguna función útil y reconocida mundialmente.
2)
Crea en su producto. Haga que su producto sea un icono y su trabajo una
vocación religiosa. Inculque en sus empleados la idea de que este es el mejor
producto del mundo y que están trabajando para la mejor compañía de los
alrededores. Sus encargados de venta deben ser misioneros, no meros
trabajadores a sueldo.
3)
Desarrolle algo místico. Un aire de misterio, con un toque de pecado, se vende
bien. La verdadera fórmula del éxito reside en el valor intrínseco de la marca.
4)
Venda un producto de fabricación barata. Fabricar Coca Cola siempre ha costado
apenas una fracción de un centavo por bebida y el elemento utilizado para
endulzar es el que representa la mayor parte del costo.
5)
Todo aquél que toque su producto antes de que éste llegue al consumidor debe
obtener una sustancial cantidad de dinero. Si su producto se fabrica en forma
económica, esto permite un margen de diferencia gigante con respecto al precio
minorista.
6)
Asegúrese de que su producto está al alcance de todos. La venta a bajo precio
debe garantizar el acceso al producto de la mayoría de las personas (de esta
manera la facturación siempre será sustancial).
7)
Ocúpese de que su producto se encuentre disponible en una amplia variedad de
lugares. Las autoridades de Coca Cola siempre se esforzaron para que la bebida
se encontrara "al alcance del deseo", una hermosa frase que se
transformó en una obsesión por contar con puestos de venta en todas partes.
8)
Comercialice su producto en forma inteligente. Esto parece simple, pero cómo,
cuándo y usted comercialice y anuncie su producto determinará en última
instancia el éxito de este.
9)
Anuncie una imagen, no un producto. Como el encargado de una empresa de
publicidad que atendía la cuenta de Coca Cola le decía a su equipo creativo:
"Estamos vendiendo humo. La gente toma la imagen, no el producto".
Así, durante los primeros años, los anuncios de esta gaseosa crearon gran parte
de las cualidades medicinales de la bebida, presentándola como un tónico para
los nervios capaz de reanimar a quienes "trabajan con el cerebro",
como alivio para las resacas y los dolores de cabeza. En síntesis, una
"bendición para la humanidad".
10)
Reciba de buen grado a un competidor principal. Aunque cueste creerlo, el
surgimiento de Pepsi fue algo bueno para Coca Cola. "Si Pepsi-Cola no
existiera, trataría de inventarla -confesó alguna vez un ejecutivo de Coke-.
Hace que nosotros y ellos estemos más alerta y nos mantengamos en buena
forma". Además, los especialistas en comercialización reconocen que la
publicidad estimulada por la competencia feroz es buena para las ventas.
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