Asesor de Empresas.
La sabiduría del maestro de kinder es... inflar bombas.
Los
directivos de una compañía, habiendo descubierto las maravillas de despertar el
niño interior, fomentaron mítines internos durante los cuales los empleados, en
coro, pronunciaban frases como las siguientes:
¡no quiero que mis días sean montañas de papeles!,
¡no quiero noticias deprimentes!,
¡no quiero que mis días sean de chismes!,
¡no quiero desperdiciar el tiempo hablando de
enfermedades!.
Otras veces los empleados se vestían alegremente y amarraban a los muebles bombas infladas con helio en
las cuales se escribían palabras como sonrisa, abrazo, dulzura, espontaneidad,
paz, imaginación, sueños; todo esto dejaba la impresión de que la empresa
estaba en una piñata. De esta manera los empleados inflaban sus almas con
estados emocionales positivos. Alguien criticó diciendo: "en esta empresa
están locos". Y otro replicó de la siguiente manera: "¿acaso no es
una locura lo que habitualmente hacen los empleados institucionales que correr
por los pasillos inundados de nerviosismo o de estrés o de rivalidad o de
envidia?.
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