“¡Hoy, ya es Miércoles! ¿Dónde se ha ido la semana?” ¿Ha dicho esto alguna vez? En mi juventud no creo que le prestara atención al tiempo como lo hago ahora. Cuando estaba en mis veinte el futuro se presentaba lleno de posibilidades. No importaba gastar el tiempo en conversar con mis amistades o en divertirme. Mañana era otro dia. La vida entera estaba por delante.
Hoy, con 60 años, se que el tiempo que queda por delante es mas limitado. No voy a poder viajar a todos los lugares que pensaba o soñaba. No voy a poder leer todos los libros acumulados, a pesar de que sigo interesada en ciertos temas. No voy a completar ciertos proyectos, aunque me siento bendecida por lo que hasta aquí ha sido posible.
Al leer el Salmo 78.39 recientemente, estuve meditando en la porción que dice que somos “un efímero suspiro que jamás regresa”. Por eso, cada minuto y cada dia deben se apreciados a profundidad. Por cuanto el tiempo pasa mas rápidamente de lo que esperamos, ¿en que forma debemos usarlo hoy? ¿Estas haciendo lo más importante, lo más valioso, lo esencial en tu vida? ¿o estas dejando escapar cada momento entre los dedos, como la arena del mar? ¿Cuál quieres que sea el legado por el cual se te recuerde?
Nuestra vida es un regalo de Dios. Cada amanecer podemos dar gracias por recibir una oportunidad de vivir plenamente. Cada dia hay tiempo para aprender, para servir, para glorificar el nombre de nuestro Señor. Cada atardecer es una invitación a examinar el dia y a meditar en lo que hemos hecho con el regalo del tiempo.
¿Cuál puede ser su proyecto de hoy?
Carmen M. Gaud
Editora Internacional del Aposento Alto. Julio-Agosto de 2011
Nota: ¡Lo más valioso que le puedes regalar a la gente es tu tiempo!
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