lunes, 9 de abril de 2012

3. El cliente no siempre tiene la razón.

Interpretación que le hemos dado hasta el momento:
Admitir que “El cliente siempre tiene la razón” es correr el riesgo de asimilar el servicio al servilismo. El buen servidor sabe a plenitud y conciencia lo que hace, por lo que es válido aceptar que el cliente pueda no tener la razón. Frente a esto, no es equivocado proceder planteando con claridad lo que la razón imputa, sin imponerlo sino haciéndolo en forma discreta. Esto es mejor, que después de aceptada la “razón irrazonable” del cliente, se tenga que dar marcha atrás o se ponga en aprietos a toda la organización.
Interpretación que le da la Perceptología:
El cliente servido por el servidor perceptológico se entrega plenamente a éste porque está seguro de su interés en servirle de la mejor forma posible. De esta forma es lógico que actúa con la razón del que más sabe del asunto: el servidor. Siendo así, si el cliente o servido actúa con la razón del servidor que más sabe del asunto (y que por ello tiene la razón), entonces el cliente siempre tiene la razón. Si no la tiene es porque esta inadecuadamente asesorado y si el servidor es perceptológico, esto no es posible en el asunto que le compete.

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