viernes, 10 de agosto de 2012

Calidad y Cantidad: Si se puede.


Todos los empleados quieren saber lo que se espera de ellos y los buenos lideres muestran claramente que es lo desean. Asegúrese de fijar sus trofeos a niveles razonables y alcanzables, y haga siempre más de lo que se quiere.

No tiene nada de productivo tratar de ayudarle a las personas que no se ayuden a sí mismas.

En algún momento las personas razonables estarán de desacuerdo: Lo más importante es estar dispuesto y ser capaz de manejar el conflicto de una manera efectiva y oportuna. Naturalmente, el conflicto siempre se debe manejar con una solución justa y equitativa para todas las personas involucradas.  El que los dos partidos sientan que ganaron cuando terminan el conflicto, es el trabajo de un verdadero líder.

Los líderes se aseguran de que se esté haciendo el trabajo, pero le dan la libertad a los empleados de hacerlo a su manera. Además, si los líderes realmente están operando correctamente como verdaderos líderes, no deberían tener tiempo para supervisar. Confié en los hombres y estos le serán fieles, trátelos con altura y se mostraran grandes.

El hombre que obtiene los resultados más satisfactorios no siempre es el hombre con la mente más brillante, sino aquél que mejor puede coordinar las mentes y los talentos de sus asociados.

Los colaboradores a menudo tienen ideas valiosas para mejorar productos y servicios. Los verdaderos líderes tratan a cada persona como un individuo único. Reconocen sus fuerzas y debilidades y las saben aceptar como son.

El resultado del apoyo del líder será una lealtad que no se puede obtener en ninguna otra parte. Se necesita ser un gran hombre para ser un buen oyente.

Los líderes deben usar un buen juicio; después de recoger todos los hechos y analizarlos para asegurarse de que todas las prioridades estén en el lugar adecuado. Es mejor hacer las cosas constantemente, puestos que somos humanos y el desorden es nuestro peor enemigo.

La persona que solo puede pensar en términos únicos tendrá mucha dificultad para ser un verdadero líder. No crea que el mismo Dios que nos dotó con un sentido, una razón y un intelecto, haya tenido como intención que nos priváramos de usarlo.

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