De muchas maneras, aprender es simplemente recordar
lo que nos interesa. Leonardo da Vinci lo demostró muy bien cuando dijo: “Igual como comer contra la voluntad
es poco saludable, estudiar sin gusto arruina la memoria y no le permite
retener nada de lo que se introduce”.
Lo aprendido se está contento, se recordará mejor
cuando se esté feliz. Lo mismo pasará si se está triste: Se recordará mejor
cuando esté triste. Este fenómeno ocurre
porque la memoria está fuertemente atada al sistema límbico, asiento de
emociones del cerebro. Cuando el contexto emocional es adecuado, se encienden
ciertos transmisores y se registra un mensaje muy sólido en el cerebro.
Muchas
emociones y poca venta es una manera de hacer que a las personas les
guste su anuncio, pero no hará que compren su producto, porque no recordaran
una “buena razón” para hacerlo.
Nietzsche escribió alguna vez: Un hombre no tiene oídos para aquello a que la experiencia no le ha
dado acceso.
Una manera de sobrepasar la avaricia natural de la mente cuando va a aceptar información
nueva, es trabajar duro en presentar sus mensajes como noticias importantes.
Si las personas piensan que lo que se les informa
contiene un mensaje importante, generalmente abrirán los ojos y los oídos al
tiempo suficiente como para absorber muy bien lo que tiene para decirles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario