Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil
que no pueda alcanzarte.
Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia
mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto.
Nunca traiciones la amistad sincera, pues si lo hicieras, tarde o
temprano del cielo llegará el castigo.
Más profundo es nuestro dolor cuando nos vencen con nuestras propias
armas.
A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien
se los arrebate.
Por lo general, los fanfarrones siempre están al alcance del peligro.
Con paciencia se resuelven muchas dificultades.
Nunca pidas ayuda a quien acostumbra a hacer el daño.
No imites a los más grandes, si aún no tienes las condiciones para
hacerlo.
Nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de
alcanzar.
Recuerda siempre que lo que bien se ve, no se puede ocultar con la
mentira.
Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo.
No te lances a una empresa, si antes no has reflexionado sobre sus
posibles éxitos o peligros.
Al impreparado lo delatan sus actos. Estudia y aprende con gusto y
tendrás éxito en tu vida.
Sé siempre honesto en tu vida. Nunca sabrás si el vecino que te escucha
sabe la verdad y corroborará o desmentirá tus palabras.
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