El merchandising podemos dividirlo,
para su estudio y puesta en práctica, en dos tipos: el merchandising visual y
el merchandising de gestión.
El Merchandising
visual
El merchandising
visual cumple tres objetivos, transmitir la imagen de lo que es y lo que vende
la tienda, generar un flujo de circulación de clientes “dirigido” y provocar
ventas por impulso. Las técnicas desarrolladas por este tipo de merchandising
tienen la finalidad de presentar los productos en las mejores condiciones
visuales y de accesibilidad con el fin de materializar la venta, apelando a
todo lo que pueda hacerlos más atractivos y persuasivos, en definitiva,
hacerlos más vendedores.
Los componentes del
merchandising visual son: diseño del envase del producto o packaging, diseño de
la arquitectura exterior e interior del establecimiento, presentación del
número adecuado de facings, tipos y formas de implantación y exposición de los productos
en el lineal desarrollado, así como de la publicidad en el lugar de venta (P.L.V).
El Merchandising de
gestión
El merchandising de
gestión, apoya sus decisiones en cuatro áreas fundamentales: análisis del
mercado, política comercial, gestión del surtido y política de comunicación, que
a su vez se subdividen en funciones o actividades muy especificas para alcanzar
objetivos muy concretos: satisfacer a la clientela clave y obtener la mayor
rentabilidad en el punto de venta.
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